La interminable búsqueda del problema.

Marlon Prieto (Zerval)

Después de pensar un poco y de reflexionar en torno a mis entrenamientos y en torno a lo que el Parkour significa para la vida de quienes lo practicamos, o por lo menos para mis compañeros de entrenamiento más cercanos, llegue a una serie de conclusiones, que quisiera compartir. No sé si mi opinión sea acogida por todos, pero quiero dejar claro que con esta publicación lo único que pretendo es expresar abiertamente una reflexión:

¡Nosotros nos entrenamos para los problemas!, al contrario de muchos seres humanos, nosotros estamos siempre en una búsqueda interminable de retos, de desafíos de problemas, y entre más difíciles y complicados se nos presenten, más interesantes y cautivadores nos parecerán, siempre y cuando estén en armonía con lo posible, o con una solución demostrativa.  Sí a estos problemas ya les hemos encontrado una solución, es cosa que poco importe, porque nos encanta repetirlos, para que estos nos proporcionen oportunidades para problemas futuros que sean más desafiantes para nuestra mente y cuerpo.

 A medida que repetimos y repetimos incesablemente el mismo problema, sin un objetivo claro o sin una meta, que nos permita avanzar, éste ya no representa un desafió para nosotros, ya se vuelve algo cotidiano y monótono, en ese orden de ideas debe haber siempre un equilibrio entre la repetición y lo innovador. El practicante de Parkour debe saber para que repite!

Debemos seguir en búsqueda de problemas, para encontrar soluciones ingeniosas, teniendo como base para estas soluciones, las hipótesis y las conclusiones previas que acompañaban los problemas que en su momento representaron un obstáculo prácticamente infranqueable para nosotros, pero que al final superamos gracias al convencimiento y a la búsqueda de una respuesta, la cual llevo consigo un camino lleno de experiencias expectativas sudor y esperanza.

También debemos tener muy en cuenta que para nuestro espíritu, es de vital importancia buscar retos y desafíos, en lugares variados, que brinden siempre la noción de avance, de superación, que siembren dudas con las cuales queremos enfrentarnos para darles con mucho gusto y ansias, soluciones que ya hemos demostrado en el pasado e hipótesis nuevas que queremos probar. David Bellle dice que “el practicante de Parkour debe ser como una pluma que pasa por un rió”. Es una frase muy acertada, porque recordemos que las aguas de un rió nunca son las mismas, siempre cambian y si un individuo se queda solo repitiendo los mismos problemas y las mismas soluciones en un mismo lugar, será, desde mi punto de vista, como una pluma en aguas estancadas, y no habría un por qué para tal situación, nosotros debemos fluir, esa es la ley de la naturaleza.

Es indispensable que tengamos muy presente que el Parkour es un proceso individual y que las soluciones que creemos posibles no deben nunca frenarse por opiniones o suposiciones que hagan terceros, solo cada uno de nosotros sabe quién es, y sabe cómo ha entrenado. Es por esto que solo en nuestro interior, debe estar la voluntad de enfrentar lo imposible y volverlo posible. Ya que cada ser es consciente de sus capacidades, las cuales irán aumentando a medida que su entrenamiento sea más constante y consciente y no a medida que sea más arriesgado, ya que el riesgo significa la posibilidad de que haya un daño o perjuicio y nosotros, en la medida de lo posible hacemos que el riesgo sea cero. Aunque hay que tener en cuenta que siempre habrá riesgo y ese es el problema más grande, porque el riesgo trae consigo el miedo y según David Belle jamás podremos entrenar contra el miedo. Pero en mi opinión si podemos entrenar para afianzar nuestra confianza.

En mi experiencia de cuatro años, y un poco más, de entrenar mi mente y cuerpo en el Parkour he tenido un gran problema y es que nunca encontrare una solución para dejar de buscar problemas, todo lo contrario, seguiré buscando problemas para encontrar nuevas oportunidades.

Marlon Prieto (Zerval).